Cerealistas, los grandes perdedores del año en el campo español
Los efectos del cambio climático y el infierno burocrático de la nueva PAC, condicionan un año agrario marcado por la sequía y la reducción de producciones.
27 12 2023
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A los severos recortes de cosecha por sequía en cereal (hasta el 80%) se une
el desplome de los precios (-24%). En olivar y viñedo, la tendencia al alza de
los precios no compensa los significativos recortes en la producción ni la
reducción del coste energético y de abonado.
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Los sectores ganaderos respiran con una subida del valor de la
renta del 14%, impulsada por la evolución de las cotizaciones en origen (
+16%).
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El empleo experimenta una acusada caída del 5,5%, que agrava la
tendencia a la baja en el número de activos agrarios: en los últimos 20 años se
han perdido 215.000.
Madrid, 27 de
diciembre de 2023. La
Renta Agraria en términos reales durante el año 2023 ha experimentado una subida
del 5,5% respecto a 2022, según la 1ª estimación de la renta agraria publicada
por el MAPA. Si comparamos la renta agraria real
de 2023 con la de la media de los últimos cinco años (2019-2023), podemos
observar que se encuentra un 1,1% más alta, tal y como refleja el análisis
realizado por el Departamento de Economía Agraria de COAG. Sin embargo, si abrimos el foco y observamos la
evolución en términos reales desde 2003, se puede concluir que, en 20 años, el
sector ha perdido un 15% de la Renta Agraria en términos reales:
Evolución de la renta agraria en
términos reales (2003 – 2023)
|
Renta agraria real |
Variación |
2003 |
26.323,90 |
- |
2004 |
24.485,49 |
-7,0% |
2005 |
21.316,46 |
-12,9% |
2006 |
20.315,14 |
-4,7% |
2007 |
22.550,80 |
11,0% |
2008 |
19.274,35 |
-14,5% |
2009 |
17.641,31 |
-8,5% |
2010 |
19.571,85 |
10,9% |
2011 |
18.410,58 |
-5,9% |
2012 |
18.649,68 |
1,3% |
2013 |
19.385,86 |
3,9% |
2014 |
19.596,70 |
1,1% |
2015 |
20.363,61 |
3,9% |
2016 |
22.887,57 |
12,4% |
2017 |
23.824,26 |
4,1% |
2018 |
23.211,34 |
-2,6% |
2019 |
22.236,51 |
-4,2% |
2020 |
21.686,44 |
-2,5% |
2021 |
22.976,26 |
5,9% |
2022 |
21.154,73 |
-7,9% |
2023 |
22.324,97 |
5,5% |
Fuente:
Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El aumento de la renta agraria en 2023 se produce tanto por
el ascenso del valor de la producción (que alcanza un nuevo máximo de la serie
con 65.081 mill€), como por la caída del precio de los costes de producción.
Sin embargo, no todos los sectores evolucionaron de la misma forma:
-
La producción
vegetal descendió un 3,4%, debido a caída en el volumen producido (-11,7%),
contrarrestada en parte por la subida de las cotizaciones (+9,4%). El comportamiento
ha sido desigual por sectores. Mientras las caídas de producción se han situado
en sectores como aceite de oliva (-59%), cereales (-35%) o vino y mosto (-21%),
en precios se ha dado incremento en aceite de oliva (+71%), plantas forrajeras
(+36%), frutas (+13%), hortalizas (+9,5%) y patata (+7%). El sector de los
cereales sumó a la caída de producción la bajada de precios (-24%).
- En la producción
ganadera se incrementa el valor un 13,4% debido al aumento
de los precios en un 16,3%, mientras que el volumen producido ha descendido un 2,5%
respecto a 2022. Los principales descensos productivos se han dado en ovino y caprino (-10%), y bovino
(-7%), con incrementos en las producciones avícolas. Por otra parte, se ha dado
un aumento generalizado en todos los productos, destacando: huevos (+30%),
leche (+22%), porcino (+21%).
Varios de los capítulos con mayor peso en los costes de
producción de las explotaciones agrarias descendieron en su precio respecto a
2022: energía y lubricantes
un -31,9%, fertilizantes un -27,4% y los piensos
con un -1,3%. Esta bajada se
ha reflejado de manera paralela en el valor esas partidas, excepto en el caso
de los fertilizantes en los que se ha producido un significativo aumento en la
cantidad utilizada respecto al año anterior (+19%) que ha compensado la caída
de la cotización. También cayó el valor de servicios de intermediación
financiera (-7,8%), productos fitosanitarios (-0,9%) y gastos veterinarios
(-0,4%). Por el contrario, aumentó el valor de mantenimiento de material
(+13,5%), semillas y plantones (+7,1%), servicios agrarios (+4,5%),
mantenimiento de edificios (4,1%), y otros bienes y servicios (+2,5%). Los piensos continúan siendo el capítulo más importante del
total de costes de producción con un 56%, seguido de la partida de otros bienes
y servicios (8,3%), fertilizantes (7,7%) y energía (7,6%).
Empleo. Retroceso del número de empleos en el sector (un
5,5% menos en 2023 frente a 2022, -42.600 UTA). En apartado no refleja la tendencia
general al aumento de ocupados del conjunto de la economía española y, entre
otras cuestiones, se puede señalar el impacto de los daños climáticos sobre las
producciones que han derivado en una menor necesidad de mano de obra. El número
de Unidades de Trabajo Agrario (UTAs) en el sector está un 6,6% por debajo de
la media de los últimos 5 años, con acentúa la significativa pérdida de activos
en 20 años (- 215.000 UTA). Como se puede observar en el siguiente gráfico, si
bien la tendencia del número de ocupados de la rama agraria hasta 2007 fue más
negativa que la de los ocupados totales, la pérdida de ocupados desde ese año fue
menos pronunciada que el resto de los sectores económicos, pero en los últimos
años, hay un claro estancamiento en la evolución en la agricultura y ganadería,
y de hecho la situación se separa de la mejora en el conjunto de los sectores.
Fuente: Elaboración propia a partir de Datos
INE de 2023 para 3er trimestre.
Nueva PAC. Un infierno burocrático y un verdeo de escaparate que aceleran el proceso de uberización del campo español.
A
finales del mes de diciembre de 2022 se publicó en el BOE un amplio paquete
normativo para la aplicación de la nueva PAC en España. Se trata de una Ley y 19 RRDD que establecen
condiciones y requisitos a la actividad agraria que afectan entre otros a la
nueva “condicionalidad reforzada”, el uso sostenible de fitosanitarios, la
nutrición sostenible de suelos agrarios, el SIEX, REA y cuaderno digital de
explotación, los nuevos eco-regímenes, etc.
Desde el punto de vista del agricultor y ganadero, se incrementa de una
forma desmesurada la complejidad regulatoria y las exigencias aplicables a la
actividad agraria, constituyendo por sí mismas un impedimento para la
viabilidad de la agricultura profesional e independiente constituida
fundamentalmente por microempresas, además de un coste adicional. A esto se une la continua generación de
normativa ambiental que incide directamente en la actividad agraria.
Con el inicio de la solicitud de la PAC 2023, COAG solicitó al Ministerio
de Agricultura la urgente e imprescindible clarificación y aplazamiento de los
plazos de entrada en vigor previstos en los Reales Decretos de la nueva PAC. Esta nueva normativa en vigor ya afecta de forma
importante y preocupante a la gestión de las explotaciones y las prácticas
agrarias, a la vez que implica multiplicar las exigencias burocráticas y
mayores costes. Existe el riesgo de
alcanzar un colapso administrativo en el campo si la gestión se sigue
complicando, de consecuencias imprevisibles para el tejido productivo y la
propia producción agraria. Asimismo, se
está generando un importante problema de inseguridad jurídica provocada por la
complejidad regulatoria.
El Plan Estratégico
de la PAC que ha preparado el Ministerio de Agricultura ha resultado
decepcionante. España ha desaprovechado el amplio margen de actuación que tiene
para respaldar el modelo profesional y social agrario, mayoritario en nuestro
país. La definición de agricultor activo abre la puerta en la
priorización de las ayudas a los perceptores que no ejercen una actividad
agraria significativa, lo que perjudica a los agricultores cuyos ingresos
provienen principalmente de su actividad agrícola. En el caso del pago
redistributivo, así como en el caso de otras medidas, se debería beneficiar y
no perjudicar a los agricultores profesionales, que dependen en mayor grado de
los ingresos agrarios, algo que sucede justo al revés.
La sequía lastra la correcta evolución de los cultivos. Los secanos,
sufren.
El escenario de sequía severa se
ha extendido por toda la España seca, produciendo importantes pérdidas en
diferentes tipos de cultivo. Con especial gravedad cabe destacar, por encima de
cualquier otro, los daños en los cultivos de cereal en tierras de secano.
Sufriendo perdidas entre un 60 y 80 por ciento.
En cuanto a cuencas hidrográficas
se ha visto fuertemente afectada la Cuenca del Guadalquivir, recibiendo
precipitaciones por debajo del 85% de la media histórica. La repercusión en
esta cuenca ha sido tan elevada, que se han tenido que limitar fuertemente las
dotaciones de agua, no pudiendo llevarse a cabo cultivos como el del arroz y
hortícolas.
Cataluña también es una de las
Comunidades Autónomas más afectadas sufriendo una situación de sequía de la que
no hay antecedentes históricos, con una capacidad de embalse por debajo del 25%
en toda la Comunidad. Ha sido necesario llevar a cabo, entre otras medidas,
riegos de socorro para salvar los árboles. Al margen de las situaciones
particulares, la situación es muy grave en todas las regiones lo que ha
supuesto grandes pérdidas y se han visto afectados todos los cultivos, en
especial el cereal.
La ganadería también se vio
fuertemente afectada al encontrarse los pastos de primavera totalmente
perdidos, provocando un fuerte aumento de los precios del forraje. La apicultura
también cierra un año negativo, y suma dos años consecutivos con fuertes
pérdidas.
Otro fenómeno que está siendo
recurrente son las lluvias torrenciales a nivel general que en poco o en nada
están ayudando ni al campo ni a la reposición de los embalses puesto que se
están produciendo en zonas muy específicas además de los enormes daños que se
están produciendo, como es el caso de la Región de Murcia.
Las lluvias de otoño han
beneficiado especialmente a los cultivos leñosos, para evitar la pérdida del
árbol y poder salvar algo la campaña, y a los sectores ganaderos por el
enriquecimiento de los pastos.
No obstante, las precipitaciones
en el presente año hidrológico en comparación con el valor medio de un año normal
entre 1991 y 2020 es de un -18,8%.
Durante la reunión mantenida con ENESA, Agroseguro y
el Consorcio de Compensación hace un par de semanas, COAG ha propuesto un pacto
de Estado para acometer una reforma estructural del seguro agrario ante el
nuevo contexto de emergencia climática.